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sc_noticia_old publicada en el Heraldo de Aragón de 29 de diciembre de 2007.

Tras el artículo de prensa, al que puede acceder a través del siguiente vinculo  http://www.heraldo.es/heraldo.html?sc_noticia_old=216837 se publicó también un artículo de opinión del Secretario General del Instituto titulado, "La historia robada", cuyo texto se adjunta a continuación, ya que no aparece en la versión electrónica del periódico:

LA HISTORIA ROBADA

El grado de modernidad de una comunidad se mide también por la capacidad para preservar su patrimonio histórico, pero no de cualquier manera, sino eficientemente, es decir, de forma que sea capaz de generar recursos tanto tangibles (desarrollo económico) como intangibles (sentimiento de pertenecer a una comunidad humana que ha aportado cosas importantes a la historia). 

El 3 de agosto de 1936 una columna de anarquistas procedentes de Barcelona y en dirección al frente de Huesca quemó y saqueó sin ningún motivo, más allá del anticlericalismo indiscriminado que había fomentado el Frente Popular, el Real Monasterio de Sijena. A todos los monegrinos, y en particular a los habitantes de Villanueva de Sijena, se les robó en unos días un retazo esencial de su historia e ideario colectivo, que ha afectado a varias generaciones. ¿Qué es lo que ocurre cuando a un pueblo se le despoja de su historia? La respuesta es sencilla: se destruye una parte de la autoconfianza que cada uno de sus individuos atesora a través de sus experiencias, sus recuerdos o la conciencia de las aportaciones de su comunidad al progreso y la cultura. Esta externalidad psicológica tiene un coste, es cierto, muy difícil de cuantificar, pero evidente de acuerdo con las reglas del sentido común.

Hace unos años, el Gobierno de Aragón y una conocida entidad financiera se comprometieron a rehabilitar algunas de las estancias del Monasterio, en un gesto de justicia que sólo cabe alabar. Sin embargo, aunque la primera fase de la rehabilitación se concluyó hace meses, el Monasterio de Sijena sigue cerrado al público “temporalmente”, tal y como anuncia un cartel de madera colocado en la entrada. Por el momento, no se le han proporcionado al pueblo de Villanueva de Sijena razones suficientes que justifiquen esta situación, más allá de la vaga referencia a la supuesta necesidad de preservar la seguridad de los visitantes que encontramos en el citado cartel. Si se hubiese aplicado sine die este mismo “criterio de seguridad” a las obras de la Sagrada Familia, pocos hubiesen podido visitar el templo de Gaudí en el último siglo, lo que no hace sino subrayar, salvo mejor opinión, lo absurdo de la justificación que se nos sigue proporcionando para impedir o dificultar en la actualidad las visitas al cenobio.

También se echa en falta una mayor transparencia acerca de lo que se quiere hacer con el Monasterio una vez se concluya la segunda fase de la rehabilitación, cuyo contenido concreto también nos es desconocido. El Instituto de Estudios Sijenenses “Miguel Servet”, como entidad pública que es, ha defendido siempre la necesidad de que el Monasterio actúe, por primera vez en su historia, como un verdadero motor de desarrollo para todos los habitantes de Los Monegros y como un espacio cultural abierto a todos los aragoneses. En definitiva, nada parece impedir el establecimiento desde ahora de un régimen de visitas con horarios claramente definidos y, sobre todo, con guías preparados que proporcionen una explicación objetiva y de calidad. Asimismo, tampoco existe impedimento alguno para que se fomente una participación directa de la administración local en el diseño de la gestión de las estancias del Monasterio restauradas con dinero público una vez concluyan las obras. Post Tenebras, Lux.

Sergio Baches Opi
Secretario General
Instituto de Estudios Sijenenses “Miguel Servet”