|
|
|
|
|
|
|
|
El
Christianismi Restitutio (1553) contiene en sus
páginas la primera descripción en Occidente
de la circulación menor de la sangre (esto es,
del recorrido de la sangre desde el corazón a los
pulmones). Quienes se pregunten por qué este descubrimiento
científico se contiene en un libro de teología
deben buscar la respuesta en el carácter integrador
del pensamiento de Servet. Como hijo del Renacimiento,
la teología, la medicina, la filosofía y
el resto de las ciencias no son compartimientos estancos
sino saberes conexos y complementarios que permiten al
hombre comprender el universo. |
|
Servet
descubre la circulación de la sangre porque el
conocimiento del mundo sensible le permitía comprender
la relación entre Dios y el hombre. Para Servet,
el hombre puede aspirar a comunicarse con Dios siguiendo
el ejemplo de Cristo. Para que esta comunicación
se produzca debe de haber en el hombre una chispa de
divinidad, que Servet identifica con el “alma”
del hombre.
El alma, según la tradición bíblica,
fue inyectada por Dios al hombre a través de
la respiración. Dado que la respiración
tiene por finalidad purificar la sangre, Servet comprende
por qué la tradición hebrea postula que
el alma se encuentra en la sangre. Servet pensó
que, si el alma está en la sangre, la mejor forma
de comprenderla es estudiar la circulación sanguínea:
|
|
|
"Por
eso se dice que el alma está en la sangre, y
que el alma misma es la sangre o espíritu sanguíneo.
No se dice que el alma esté principalmente en
las paredes de corazón, ni en la masa del cerebro
o del hígado, sino en la sangre como enseña
Dios mismo en el Génesis. 7, Levítico.
17 y Deuteronomio. 12."(Christianismi
Restitutio, p. 170).
En
su búsqueda, Servet descubre que, contrariamente
a la concepción galenística de la circulación,
la transmisión de la sangre del ventrículo
derecho del corazón al ventrículo izquierdo
no se produce a través de los poros del tabique
del corazón, sino a través de un “magno
artificio”, por el que la sangre es impulsada
desde el ventrículo derecho hacia los pulmones
para su oxigenación, pasando luego al ventrículo
izquierdo del corazón.
Según
Servet:
“El
espiritu vital se genera en los pulmones de una mezcla
de aire inspirado y de sangre sutil elaborada que
el ventriculo derecho del cozarón transmite
al izquierdo. Sin embargo, esta comunicación
no se hace a través de la pared media del corazón,
como se cree corrientemente, sino que por medio de
un magno artificio la sangre sutil es impulsada hacia
delante desde el ventrículo derecho por un
largo circuito a través de los pulmones. Por
ellos es elaborada, se convierte en roja y clara y
es conducida desde la arteria pulmonar hasta la vena
pulmonar. Después, en la vena pulmonar, se
mezcla con aire inspirado y a través de la
expiración se purifica de los vapores fuliginosos...
Del mismo modo se envía desde los pulmones
al corazón no sólo aire, sino aire mezclado
con sangre a través de la vena pulmonar. Por
tanto, la mezcla tiene lugar en los pulmones. El color
rojo le es dado a la sangre en los pulmones y no en
el corazón. En el ventrículo izquierdo
del corazón no existe espacio suficiente para
tan grande y copiosa mezcla ni para que la elaboración
imprima el color rojo. Finalmente, el tabique interventricular,
puesto que carece de orificios, no es apto para dicha
comunicación y elaboración, aunque algo
pueda resudar.” ("Christianismi
Restitutio", pp. 169-170).
[Christianismi
Restitutio/La Restitución del Cristianismo,
Traducción al español de Ángel
Alcalá y Luís Betes, pp. 333-334, Fundación
Universitaria Española, Madrid (1980)].
Texto
de Sergio Baches Opi.
|
|
|
|
|